Llegaba el partido correspondiente a la jornada 20 de la Liga Endesa en el Palacio Municipal de Deportes, con los dos equipos combatientes en una situación clasificatoria muy parecida. De hecho, ambos conjuntos partían en septiembre con el objetivo de mantenerse en la máxima categoría del basket nacional, pero los buenos resultados les ha permitido soñar con algo más.
Curiosamente, a pesar de que ocupaban posiciones parecidas, su estado anímico era antagónico. De un lado, los locales llegaban al encuentro con la moral por las nubes tras la victoria «in extremis» en una cancha tan complicada como es la Fontenla. Por el otro lado, los visitantes venían atravesando un bache de rendimiento tras la lesión de su base titular, Andrés Rodríguez, que los llevó de pelear por la Copa del Rey a estar en miad de la tabla.
El encuentro comenzó con los dos equipos bastante desacertados, con pérdidas de balón no forzadas y fallos en tiros aparentemente sencillos. Ante esta situación, tanto Óscar Quintana como Moncho Fernández optaron por ir a lo seguro y meter balones cerca de la canasta. Cada uno con su estilo (la rapidez y agilidad de los movimientos de Marcus Lewis por los locales, y la envergadura y corpulencia de Salah Mejri por los visitantes), comenzaron a tener acierto, hasta poner un 15-19 en el marcador.
En el segundo cuarto, Quintana dio entrada a dos hombres de refresco que resultarían clave en el ataque murciano, como fueron Josep Franch y, sobre todo, el francés Kim Tillie, quien supo aprovechar su excelente momento de forma (anotó la canasta decisiva en Valencia) para realizar dos contundentes mates y meter al público en el partido.
En la reanudación, fue el Obradoiro el que apretó más en defensa, y con un buen ajuste de las marcas individuales y el acierto desde la línea de 3 en ataque (gracias en gran medida a Ben Dewar), consiguió entrar en el último cuarto con ventaja en el electrónico: 55-57.
Dada la igualdad reinante y la presencia de hombres altos en el quinteto de los visitantes, Óscar Quintana decidió darle mayor ritmo al partido y jugar en ataque con posesiones cortas y transiciones rápidas. El invento le funcionó a la perfección al UCAM Murcia, ya que consiguió romper el partido. A pesar de ello, un último esfuerzo del Obradoiro con Corbacho (cómo no) y Pumprla consiguió poner incertidumbre sobre el vencedor final, que fue cortada de sano por un acertado Miso desde la línea de triple.
FICHA TÉCNICA:
83 – UCAM Murcia (15+21+19+28): Ragland (11), Gatens (8), Berni Rodríguez (12), Antelo (3), Lewis (12) -cinco inicial-, Tillie (9), Franch (8), Juan Jasen (2), Barlow (9) y Miso (9).
77 – Blusens Monbus (19+14+24+20): Rafa Luz (12), Dewar (15), Pumprla (8), Kendall (12), Mejri (16) -cinco inicial-, Hummel (2), Jorge Sanz (-), Iñaki Sanz (-), Stobart (-), Junyent (1) y Corbacho (11).